viernes, 4 de noviembre de 2016

Ventana al interior

Cada mañana cuando nos levantamos, normalmente abrimos las ventanas de casa para que entre el aire nuevo y mirar al exterior para contemplar por un momento el nuevo día.

En el transcurso del día solemos mirar mucho la ventana al exterior, vemos los problemas de los demás, observamos los errores que cometen otros, y parecemos estar ajenos al error y las dificultades de nuestra vida.

¿Te has planteado alguna vez mirar la ventana que asoma a tu interior? A veces no nos preocupamos de ella, y ésta tiene la clave de los cambios necesarios en nosotros para crecer junto con los demás. ¿Probamos mirar nuestra ventana? Quizá nos sorprenda.

Formando un círculo, nos sentaremos todos en el suelo con las piernas cruzadas y la espalda erguida. Es necesario tener en cuenta lo siguiente:
1. El ejercicio consistirá en un diálogo consigo mismo.
2. No podremos dejar de mirar el objeto que nos entregarán hasta finalizar nuestro turno.

A continuación, deberemos de observar un instante el objeto con cuidado y posteriormente abriremos la "ventana" (puertecita). Nos encontraremos con quién somos y deberemos de decirnos en voz alta, sin apartar la vista:
- Soy... (tu nombre).
- Lo que más me gusta de mí es...
- Lo que quisiera corregir en mí es...
Después le pasará el objeto cerrado al compañero/a. (A los más pequeños se lo irá mostrando el docente, sin necesidad que el alumnado lo coja).

¿Te has reconocido?
¿Realmente te has mirado dentro?

Si algún compañero/a quiere comentar alguna emoción o sensación, podrá comentarla cuando finalicen el ejercicio todos sus compañeros/as. Pero no se trata de decir ni dar consejos a los demás, si no de reflexionar consigo mismo de forma interna o externa hacia los demás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario